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“No es tan grave, pasa en todas las parejas. Su mal humor no es conmigo, es así, no me lo hace a propósito”.
“Sí, sí, es verdad, tenés razón… Es cierto que arruina los mejores momentos, las vacaciones, las salidas con amigos”.
“Discute y no se da cuenta de su agresividad. Pero bueno, no me voy a separar por eso”.
“Es la última vez, te prometo, dame otra oportunidad. ¿Pero cuántas veces le di otra oportunidad para que no me mintiera?. Le dije que no soporto la mentira ni en las cosas más pequeñas, pierdo la confianza, sufro, la paso mal. Y siento que doy otra oportunidad porque sus disculpas son sinceras, pero lo vuelve a hacer”.
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